La Opinión A Coruña
Presos hacinados y falta de personal. La saturación de las cárceles y el déficit de funcionarios se traduce en la imposibilidad de clasificar a los reclusos y en el retraso en la concesión de permisos penitenciarios, la revisión de condena y la aprobación de la libertad condicional. Casi al doble de su capacidad, los centros penitenciarios no pueden separar a los internos ni por su peligrosidad ni por la duración de la pena. Una situación que obliga a los presos preventivos a convivir con los condenados. La "complicada" situación que denuncian habitualmente los sindicatos de prisiones por falta de personal se agrava, según advierten desde el penal de Teixeiro (A Coruña), por los turnos de descanso y las vacaciones. Hasta tres meses tienen que esperar algunos reclusos en segundo grado que ya han cumplido la cuarta parte de la condena para poder disfrutar de una salida del penal o lograr una revisión de condena. ...
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