Cárceles noruegas, donde los condenados viven la buena vida
lainformacion.com
La primera vez que fui a una prisión descubrí un lugar idílico, una isla con una frondosa vegetación, casas de colores y las aguas del fiordo de Oslo que brillaban con la luz del sol. Era julio de 2006 y estaba de visita en Bastoey, una cárcel abierta a más de 60 kilómetros al sur de la capital noruega. Allí viven unos 115 presos, entre asesinos, violadores y otros delincuentes, que disfrutan de actividades que rara vez se asocian con una prisión. ...
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La primera vez que fui a una prisión descubrí un lugar idílico, una isla con una frondosa vegetación, casas de colores y las aguas del fiordo de Oslo que brillaban con la luz del sol. Era julio de 2006 y estaba de visita en Bastoey, una cárcel abierta a más de 60 kilómetros al sur de la capital noruega. Allí viven unos 115 presos, entre asesinos, violadores y otros delincuentes, que disfrutan de actividades que rara vez se asocian con una prisión. ...
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